La versión 2007/08 de la escuelita de destrezas individuales llegó a su fin, y con esto, termina formalmente una temporada y comienza otra.
Este verano, los "estudiantes" aprendieron las técnicas del pase, del tackle y a patear y recibir, entre otras habilidades.
Al tacklear, el 30% es "aptitud" y el resto es "actitud"... el profesor sólo enseña la técnica ... el otro 70% lo pone cada jugador y sus cojones.
El tackle es una ofrenda que el rugbier le entrega a su club, a su camiseta, a sus compañeros... en la escuelita aprenden eso hasta los más "pelaos".
Después de las clases, siempre se termina con un juego. En esta ocación fue un seven en espacio reducido.
En el partidito, se pone en práctica y se evalua lo aprendido en las clases. El objetivo es mejorar permanentemente.
El abrazo final entre amigos y el grito sagrado cierran una tarde de puro aprendizaje, en donde además de mejorar las destrezas de cada jugador, se hace incapié en el espíritu de rugby y en la formación de hombres de bien.
Pero no termina aquí. Después del césped pasamos a la piscina, para disputar el 3x3 Water Rugby Championship. En dónde se ponen a prueba las "agallas" de los jugadores.
Momento de distensión y juego entre amigos de fuego, aunque correr con el agua hasta las rodillas es bastante pesado.
Al final, cansados pero felices, los alumnos de la escuelita se despiden hasta el próximo verano, en donde nos volveremos a encontrar para ser mejores Hombres de Rugby.
La versión 2007/08 de la escuelita de destrezas individuales llegó a su fin, y con esto, termina formalmente una temporada y comienza otra.
Este verano, los "estudiantes" aprendieron las técnicas del pase, del tackle y a patear y recibir, entre otras habilidades.
Al tacklear, el 30% es "aptitud" y el resto es "actitud"... el profesor sólo enseña la técnica ... el otro 70% lo pone cada jugador y sus cojones.
El tackle es una ofrenda que el rugbier le entrega a su club, a su camiseta, a sus compañeros... en la escuelita aprenden eso hasta los más "pelaos".
Después de las clases, siempre se termina con un juego. En esta ocación fue un seven en espacio reducido.
En el partidito, se pone en práctica y se evalua lo aprendido en las clases. El objetivo es mejorar permanentemente.
El abrazo final entre amigos y el grito sagrado cierran una tarde de puro aprendizaje, en donde además de mejorar las destrezas de cada jugador, se hace incapié en el espíritu de rugby y en la formación de hombres de bien.
Pero no termina aquí. Después del césped pasamos a la piscina, para disputar el 3x3 Water Rugby Championship. En dónde se ponen a prueba las "agallas" de los jugadores.
Momento de distensión y juego entre amigos de fuego, aunque correr con el agua hasta las rodillas es bastante pesado.
Al final, cansados pero felices, los alumnos de la escuelita se despiden hasta el próximo verano, en donde nos volveremos a encontrar para ser mejores Hombres de Rugby.