
La copa de plata fue conquistada por el Seleccionado M-20 de Chile, y la de bronce quedó en poder del Jockey de Salta.
Dereck Gonzáles, del equipo campeón, fue elegido mejor jugador del torneo por los árbitros y autoridades, y quedaba un premio... uno especial, por sus características, que debía llevarse alguno de los 11 equipos participantes. Este reconocimiento es para el equipo que defienda, pregone y enseñe el rugby en el sentido más puro, manteniendo intacto el espíritu con el que este deporte fue creado y preservado por más de un siglo. La filosofía de una disciplina única jugada por animales con corazón de caballeros. En donde se le limpia el camino al rival para ganarte con todas las de la ley sin ensuciarles el camino, manteniendo limpio y puro a este, el mejor deporte del mundo. Estoy hablando del premio al juego limpio, al rugby con todas las letras, al equipo que entendió que se juega "con" un rival y no "contra" él.
El Jenecherú Seven Team no vuelve con las manos vacías de Chile, hermanos, sino que nos trae la mejor de las medallas, pues fue reconocido en Arica con el premio FAIR PLAY por su juego limpio.
El lo personal, este reconocimiento llena de alegría y orgullo a este escriba, que desde el nacimiento de este Club viene intentando difundir las bases de la pureza del rugby, aprendidas de un viejo rugbier que ya no está, que vivió defendiendo "el deporte de caballeros", "la escuela de vida", "la disciplina moldeadora de gente"... Ese viejo fue un Jenecherú como nosotros y estoy seguro que hoy, desde alguna parte, levanta una copa y los saluda, hermanos de fuego, como los saludo yo con lágrimas en los ojos.
Gracias, muchas gracias a los 12 apóstoles del fuego, de parte de su capitán, que los quiere mucho y los espera con un fernet hasta la mitad.
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